domingo, 11 de septiembre de 2011

Gamboa y el arte de boxear

Por Andrés Pascual



       El boxeo puede ser “una caja de sorpresas” si el favorito, por un error garrafal en la defensa, provoca un golpe de esos que llaman “lucky punch”, que no es de suerte, sino de mala suerte; si descuida el training por diversiones ajenas al ring; por subestimación del oponente o por una lesión inmediata o crónica…

       Si no se producen circunstancias como las que describí, el agua nunca correrá contraria y el desenlace de un pleito será como lo previeron los eruditos.

       El sábado pasado el pluma cubano Yuriorkis Gamboa (21-0, 16 KO’s) le ganó por decisión técnica al ex campeón mundial mexicano Daniel Ponce de León (41-4, 34 KO’s) en la estelar del cartel en Atlantic City, porque un choque accidental de cabezas en el octavo le provocó al perdedor una herida vertical (las difíciles de controlarle el sangramiento) en la frente, mala suerte…sin embargo, el azteca no hubiera podido hacer algo más que perseguir, enredar y recibir: por su estilo, por su lentitud, porque le hubiera sido imposible conectarle al oriental un golpe decisivo a su favor, solo quedaba por ver en qué asalto Lupe Contreras le levantaría el brazo al criollo, lo que ocurrió de forma irregular.

       Boxeando, utilizando su magnífica velocidad en la media y desde afuera, Gamboa sentó cátedra desde el principio para recordarle a todo el mundo que una vez existieron Luis Manuel, Orlando Zulueta y Luis Galvani para el boxeo cubano y en ese estilo, haciendo valer el precepto único de lo que es el boxeo, “el arte de dar y que no te den”, brindó la que, para mi, ha sido su mejor demostración hasta hoy en el profesionalismo.

       El  pugilismo no es de fuerza, es de resistencia; no es de pegadores, es de boxeadores; no es de brutos que pierden el sentido de la estrategia preparado previamente; es de inteligentes que, si lo pierden, deben tener el instinto y la intuición que los haga recuperarlo y recuperarse. La pegada es un complemento del boxeo y no al revés; aunque al público acostumbrado por la imposición del boxeo azteca le parezca lo contrario.

      Gamboa tiene que seguir boxeando y ganando; no tratando de noquear, que a veces se puede; pero otras no.

       La velocidad del cubano lo puede llevar a los lugares más altos del boxeo de hoy si continúa hambriento y si continúa tomando este deporte con la seriedad, la disciplina y la responsabilidad que exige la preparación.

       El nocao, tan espectacular como falso a la hora de medir la clase de un pugilista, no se busca, se prepara y se cae por su propio peso cuando se completa una combinación. Es bueno recordar las palabras del legendario cronista cubano René Molina, que vienen al caso con la personalidad de Gamboa y su afán por terminar rápido un pleito con el peligro que encierra que, entre el 1ero y el 8vo, todavía cualquier peleador tiene aire suficiente para ripostar: “Revise la cantidad de nocaos que propina en los rounds finales, cuando se hace difícil levantar los brazos por el cansancio y tendrá al verdadero pegador, interesante, atractivo y demoledor siempre…”










sábado, 10 de septiembre de 2011

Sin sorpresas gana Klitschko por nocao tecnico

Por Andrés Pascual



      El problema es la estatura y la fortaleza, porque, a cada rato, sube algún peleador completo del mismo peso y más que el que hizo Vitali para su pelea contra el polaco Tomasz Adamek este sábado: 242, pero el del “barrio” solo llegó a 216, bueno para considerarse un “pesado” cuando la era Marciano, no hoy contra este tipo de máquina con carrocería de Peterbilt.

      El pleito, más de lo mismo cada vez que pelea uno de estos dos mastodontes cuyo dominio del peso, por apabullante, tiene a esa división sin ningún interés, logró que 42,000 polacos asistieran al nuevo Estadio haciendo “de tripas corazón” durante los casi diez rounds de castigo sostenido que le aplicó el ucraniano al paisano. Viéndolo bien, nadie sabe por qué suben casi todas las víctimas de estos “zangaletones”, además de a exponerse a un soberano castigo anunciado.

      Yo creo que contra Vitali Klitschko tanto como contra Wladimir, ni esperanzas abrigan, porque, el temor a que les castiguen, genera que no puedan desarrollar ninguna estrategia, entonces nada les sale bien y ni intentos hacen.

      Increíblemente con la guardia abierta abajo, tanto la zurda como la derecha, tirando el jab y la propia derecha accionando los antebrazos; sin emplear ni los hombros ni el cuerpo; con evidentes problemas para tirar uppercuts, porque no controla este golpe que es de corta trayectoria; con la guardia abierta invitando al polaco al infight que, definitivamente, porque no entró nadie sabe cómo hubiera peleado en esa distancia, Klitschko vapuleó a Adamek que, peleando contradictoriamente desde afuera con esporádicos acercamientos no adentro, sino en la media, recibió el castigo suficiente para que le pararan el desigual combate en el décimo.

      Dos asaltos apuntó Harold Lederman 10-8 por el ucraniano, ¿Será posible? ¿Acaso se pretende rehacer un capricho que ya parecía desterrado del boxeo moderno desde hace más de 50 años? Porque, en el segundo, no cayó ni recibió tanto como para dar un resultado que solo se puede considerar así si hay knockdown. En cualquier pelea hoy en día un boxeador es más lastimado en un round y no lo pierde 10-8.

      El combate, por la faja CMB de Vitali (44-2, 40 KO’s), resultó otro paso más del ex soviético con el fin de empatar los 43 nocaos de Marciano.

      Adamek (44-2, 28 KO’s) no podía porque no es un completo del tiempo actual con 6’1 contra 6’7 ½ y 216 libras por 243.

     Con sus dimensiones, que le hacen parecer menos que un sparring de bolsillo, ni se puede soñar con entablarle a ninguno de estos dos individuos.






















jueves, 8 de septiembre de 2011

Gamboa tiene que pegar primero y bien

Por Andrés Pascual



       Daniel Ponce de León ha sido un buen campeón sin ribetes de maravilla que hizo 7 defensas titulares; amasó, hasta hoy, un buen récord para cualquier época de 41-3 (1 TKO) 34 propinados y espera ganarle a Yuriorkis Gamboa, “porque he enfrentado a mejores”.

       Sin embargo, observando la lista de contrarios con los que ha boxeado el mexicano durante su carrera, el sábado se va a medir no con uno que vaya por debajo de sus compromisos previos, si no con lo mejor de la división pluma en el mundo, que es otra cosa.

       Luego del invicto a través de 20 combates como profesional, con 16 recetas de anestesia general ofrecidas, me parece que la coletilla de “campeón olímpico” y otros títulos que recuerden el estado inferior al que ahora desarrolla, como que va sobrándole a Gamboa. El criollo es, sencillamente, un formidable peleador profesional que ni mira hacia atrás ni invita a hacerlo.

       La pelea del próximo sábado en Atlantic City, sin faja en discusión por el robo de que fue objeto el cubano con la intención de restarle importancia a sus peleas, porque no es igual defender una corona que subir como ex campeón a un pleito especial, promete ser una dura e interesante batalla.

       A modo mío de ver las cosas, bien que hubiera podido ser la estelar de un programa PPV o, por lo menos, la co-estelar. Sin embargo, nadie sabe qué busca la promotora del sensacional peleador cubano, o cuándo creen que pudiera estar disponible para el circuito del pago por ver; incluso, a qué otra maraña exponen al criollo porque lo que parece es que están castigando a alguien al maltratarlo así.

      Yo creo que el cubano debe ganar, pero debe pegar primero y bien; debe estar al tanto de que tiene que tirar duro, mucho y administrar las fuerzas porque, una vez que lo despojaron de su faja, nadie puede dudar de que le pueden quitar una decisión con tal de emparejarlo con Juanma López; además, las manos tienen que estar arriba, frio y calculador y metérselas a la quijada al azteca, que así lo noqueó en un round el boricua que cedió la diadema ante Salido.

      Ponce de Leon es un ex campeón con experiencia y pegada; pero no tiene la velocidad de Gamboa, sin embargo, este tiene que cuidarse, porque, como quiera que sea, un pegador que busca una victoria contra semejante pugilista para renacer su carrera, siempre es peligroso.










Que el cielo los juzgue

Por Andrés Pascual



       El pasado martes 6 de septiembre, el diario mexicano Estadio publicó una crítica del presidente del CMB, José Sulaimán, a los manejadores de Julio César Chávez jr, campeón mundial de peso mediano de la organización que preside, basada en que “no se da a respetar”.

       Hecha en su “tradicional Martes de Café” el mandamás del Consejo sancionó “aunque el junior ya es campeon mundial, su carrera no ha despuntado como se esperaba” y, continúa, “al grado de cancelar el combate que tenía previsto para el 17 de septiembre contra Ronald Hearns por lesión en una de sus manos”.

       Para Sulaimán, los apoderados del hijo de su papá deberían prescindir de los servicios de Freddie Roach, porque “no lo atiende a tiempo completo; sino que está supeditado a su agenda y Pacquiao le absorbe todo el tiempo, que incluye training, peleas, giras de promoción…”

       La conclusión es que el mexicano debe exigir respeto como el campeón mundial que es y que debe pelear más que lo ocasional que lo hace, porque “está en una división muy atractiva…”

       Sin embargo, ¿Por qué mantienen a Julito con Roach?  Esa es la pregunta de los 64,000.

       Freddie Roach no es lo mejor del mundo en su oficio, no ha mejorado técnicamente a ningún peleador que haya tenido: ni a Pacquiao ni a Kahn ni al mismo Chávez, estos peleadores siguen igual que el día antes de que comenzaran con él, con sus virtudes iniciales y sus deficiencias previas, pero, “ojo aquí”: el laureado trainer los convierte en máquinas más resistentes al castigo y a la distancia y adquieren la pegada que el desarrollo normal no posibilita; es decir, van contra la naturaleza. Eso sí lo hace Roach.

        La crítica a la poca atención a otros boxeadores de su establo se escuchó antes con los apoderados del cubano Guillermo Rigondeaux, que no solo se lo quitaron, sino que no anduvieron con paños tibios y dijeron lo que es una verdad que, quizás, hasta paguen o gratifiquen para que se calle: “que el tipo no enseña na’, que es un globo…”

       Tal vez al junior lo dejan ahí para ver si funciona “la mística Roach”; mientras, el trainer parece que no le ve para más de lo que ha hecho hasta hoy este peleador, por lo que podría ser capaz de comprometer “su honra y su ética” si fabrica, de un total mediocre, otro supermán del pugilismo; es decir, si a Julito lo tiene tan desamparado debe ser porque el experimento de laboratorio sería demasiado sospechoso para el entrenador.

       Pacquiao, que sigue técnicamente con los mismos vicios de hace 10 años: guardia abierta, golpea en el aire, sin cintura…ha convertido a Roach en una leyenda como los Yanquis a un manager mediocre llamado Joe Torre. Si nunca logra conocerse su secreto para preparar animales más que boxeadores, bien, de lo contrario, ¡Que el Señor los coja confesados!

       Por regla general, para casos como estos, el dicho es “un día será, entre cielo y tierra nada es posible ocultar!
























domingo, 4 de septiembre de 2011

Gana Andre Berto faja welter de la FIB


Por Andrés Pascual



       Andre Berto quiere una revancha contra Víctor Ortiz, incluso es más goloso y sueña con una pelea contra Mayweathers jr o Manny Pacquiao; pero, ¿Realmente tiene posibilidades contra la gente que pretende?

       Este sábado el haitiano le ganó a Jan Zaveck 31-2 (1 KO’s) y 18 recetas de anestesia general propinadas; porque, el hasta ese momento campeón welter de la Federación, no podía seguir por una aparatosa herida en su párpado derecho que le produjo una inflamación tal que  le cerró el ojo; mientras, en el otro, la sangre de otra herida le reducía también la visión quizás en un 30 %.

       Berto 28-1 (KO) con 22 propinados, iba delante en las tarjetas porque lograba conectar mejor los uppercuts en la distancia en que nunca ha sido ni regular, el infight. Como que la pelea se detuvo en el 5to, pues nadie sabe si hubiera podido superar el cansancio que lo ataca después del octavo y que ha sido un escollo para que luzca mejor en algunas de sus pleitos anteriores.

       Para este encuentro lo “supervisó” el mismísimo Víctor Conte, que nadie se explica cómo mantiene la licencia que le haga oficial “aconsejar” a deportistas, cuando alguna relacionada con su nombre no solo ha perdido sus medallas olímpicas, sino cumplió tiempo de prisión en medio de un escándalo monumental y definitorio de la moral deportiva del deporte americano del tiempo actual; pero bueno, los que pueden sabrán…

       André Berto ganó el sábado un pleito movido, de ritmo rápido, contra un contrario que lució bien, pero que no pudo conectar más golpes ni cuidar su defensa para que no le castigaran como sucedió; sencillamente, peleó de acuerdo a su capacidad y, tanto este pugilista como Berto, no saben cómo se puede sobrevivir al uppercut, más que recibirlos, los ordenan por correo.

        Este es el tipo de oposición que hace a Berto lucir como un campeón;  en los otros, con los que se hace ideas superiores, mejor que no se meta, porque no son como Zaveck, sino mucho mejores que él incluso.

        La faja que ahora posee debe defenderla contra retadores de nivel intermedio.

       Como que la pelea fue buena, de intercambios constantes en nivel casi parejo, pues debe acceder a una revancha si está como cláusula obligatoria por el resultado del pleito que ganó el sábado.
















sábado, 3 de septiembre de 2011

Una leyenda incompleta, la de Teofilo Stevenson


Por Andrés Pascual



       Mi joven amigo y brillante cronista mexicano Ismael Rubio, me envió un “dossier” sobre el heavyweight cubano amateur, tres veces campeón Olímpico, Teófilo Stevenson, que me indujo a escribir este comentario.

       El problema que existe con Piropo (como le llaman en su pueblo), es que sus éxitos como aficionado están ahí; su superioridad en un circuito que pareció hecho a su medida está ahí; pero ciertas contradicciones también.

       Hay una idea que mucha gente no expresa por miedo a ser catalogado como un exagerado desconocedor, pero quisieran decirla y es que el cubano hubiera noqueado a Mohamed Alí, lo que basan con su desempeño en el olimpismo; sin embargo, a nadie de esta gente se le ocurre ni sugerir por quién sabe qué, ¿Qué hubiera pasado si Joe Louis, Armstrong, Alí, Monzón, Durán, Chávez, Leonard o el mismísimo Robinson se hubieran mantenido toda su vida atlética entre aficionados? Y, por decencia, por honestidad y por sportsmanship, que es el resultado de todo lo anterior, deberían.

       Voy a comenzar de atrás hacia adelante: Stevenson no “se retiró” porque diera muestras de decadencia, al tipo lo sacó de circulación su más grande fanático, manager y propietario de su cuerpo y su mente, emperador absoluto de la Cuba esclava y máximo tirano y dictador de toda la América, Fidel Castro cuando su conducta delincuente se les fue de las manos por el consentimiento oficial y contrató a alguien para un atentado a un rival en el amor, o mató a un ciclista manejando ebrio por lo que nunca fue juzgado.       

       Bebedor empedernido sin control, capaz de reconocerse a sí mismo como un privilegiado al que se le permitía cualquier cosa (concesiones del régimen que solo le vetaban actividades contrarrevolucionarias, incluso hablar), pues le hicieron un antisocial como a casi todos los privilegiados que forman parte del botín ideológico, especie de Hall of Shame de la vitrina de la tiranía, para crear una historia posiblemente indebida y realmente incompleta, capaz de funcionar para propios y extraños, como sucede con los mexicanos y el material 100 Leyendas del Boxeo, que incluye a Stevenson.

       En 1968 el boxeador era un larguirucho joven y prometedor que no sabia boxear ni lanzar un jab, menos aún la derecha recta recta. Pero, por su tamaño y su velocidad en el ring, llegaron a la conclusión de que, si lograba tirar los golpes del abecedario, podía noquear en el amateurismo.

       Para trabajar con Stevenson no designaron ni a Alcides Sagarra ni a Sarvelio Fuentes ni a ningún cubano que estuviera en trajines de gimnasio en esa época, sino que el Polit Buró de la URSS, propietarios del país entonces, le envió un sicólogo de la KGB, especialista en el lavado de cerebros de deportistas, nombrado Andrei Chervonenko, que no era titular ni en los Consejos Deportivos de barrio en Moscú y nunca estuvo en la selección soviética.

        Al tipo lo llevaron a Cuba para pisotear la moral deportiva del boxeo cubano histórico al imponerlo por encima de quienes sabían más que todos los trainers soviéticos juntos; sin embargo Teófilo lo llamó “su padre” y el propio Sagarra, su ayudante, lo consideró “la 8va Maravilla del Mundo”. Por eso nadie entiende cómo el fanático cubano de hoy, por aquí o residente en la Isla, eleva a alturas siderales a Sagarra con lo que le sucedió hace más de 40 años, ni cómo le hacen un altar a “la escuela de Enrique Garmuri”, que incluye el rechazo a los Klitschko, cuando Stevenson fue una copia adelantada del estilo de estos ex soviéticos: parado e incapaz de contrarrestar el ataque con decisión, sobre todo de peleadores de menos estatura.

       Los setentas sirvieron para que la tiranía incrementara la exportación de la ideología comunista a través, entre otros sectores, del boxeo: en muchos países de Africa y Asia campeaban por su respeto, situación que servía también para romperse anualmente sus propios récordes de participación en sus torneos, porque países como Argelia o Guinea Ecuatorial, aunque fuera con un solo competidor, estarían en eventos como el Campeonato Mundial Habana-74, en Dresde, en el Cinturón de Oro de Rumania o en Minsk.

       Entonces era común que, de 25 participantes en una división, por lo menos 15 debutaran o estuvieran en su pelea inferior a 20 como amateurs por evento; es decir, en su vida. Y 50 peleas en el amateurismo es una total y absoluta inexperiencia para el boxeo que, cuando se salta al profesionalismo, requiere un tratamiento especial más intenso que el que tenga 100 ó más y hablo de países con boxeo rentado.

       ¿Cuántos ínvestigadores de la leyenda Stevenson, “campo capitalista”, como los que facturaron 100 Leyendas del Boxeo, se han dado a la tarea de revisar la experiencia de sus contrarios en eventos internacionales, sobre todo aquellos nocaos en la primera y segunda eliminatoria de cualquier evento y hasta en terceras? Por ejemplo, en un torneo de Cuba, Luis Martínez estaba en su pleito # 10 ú 11 cuando Stevenson lo noqueó. Sin embargo, cuando al pinareño Angel Milián le robaron la decisión en su primera pelea contra el tipo, no tenía 30; ni Igor Visotski, cuando perdió en el Cardín-73 en Santiago de Cuba en el ring y le dieron el veredicto más por lo mal y acobardado que lució Teófilo a pocos meses de ganar en Munich-72 que por lo que pudo hacer el entonces soviético.

         La frustración de Stevenson ante los hombres que no le temían y lo atacaban sin misericordia era tal que no tiraba, retrocedía, bajaba la guardia en actitud rara y se disponía a recibir de todo, pero, si estaba en Cuba, ningún referí podía permitir que le dieran hasta derrumbarlo, como Pupy Santiago.  Eso sucedió en pleitos contra Milián.

         En 1978, creo que en Belgrado, el italiano Francesco Damiani le recetó la medicina y le ganó apabulladoramente; tres años antes, en 1975, Visotski lo había noqueado con igual tratamiento en Minsk; por último, un pesado que falleció recientemente, Greg Page, con el estilo de Alí, lo ridiculizó dándolo por todos lados y le quitaron la pelea. Lo mismo hizo contra Milián el americano.

         Para el fanático cubano “revolucionario” ha funcionado el rechazo de Stevenson a la oferta del millón de dólares en Munich “porque su pueblo valía más”; pero nadie razona que esa no era una época de millones por pelea, mucho menos por la firma; que ningún promotor ni entidad estaban preparados para semejante trato, porque Don King recién comenzaba con Alí y Arum no tuvo nada que ver con el supuesto; o que la televisión de gran demanda, que se encarga de esos pagos fabulosos ni existía y la de entonces no se arriesgaba con un nombre amateur, que nadie podrá decir nunca qué hubiera hecho como profesional, porque no saltó. Entonces, como todas las mentiras del castrismo que muchos creen y no solo en Cuba, el promotor fue un fantasma.

         Me lo dijo una vez Angelo Dundee y se lo saqué de la boca públicamente al Dr Fight, Ferdie Pacheco, durante el lanzamiento del libro de Enrique Encinosa “Azúcar y Chocolate”: “después de invitarlo en la soga a que lo golpeara y de preguntarle qué más tenía, Alí le solicitaba al público el round en que deseaban que lo noqueara y…lo hacía”.

         La pelea entre Alí y Stevenson no se produjo porque Castro no quiso, se aconsejó; para evitar comentarios suspicaces, pidió un referí amateur, jueces amateurs, ring de dimensiones amateurs, técnica amateur y sistema de cinco peleas en días consecutivos de tres rounds.

          Faltan cosas, pero menos de las que necesita Teófilo Stevenson para que lo suban y mantengan indebidamente en el pedestal que algunos pretenden.          

        Si la cosa sigue así, cuando el tirano muera, en México posiblemente hagan otra historia sobre este asesino como el inventor del boxeo. Nadie debe dudar de lo que liberales oportunistas son capaces.






jueves, 1 de septiembre de 2011

Mas sobre la Serie Mundial de Boxeo


Por Andrés Pascual



      Quizás por lo convulso del mundo de hoy, por esa retahíla de males que acarrea, se le están cerrando los espacios a lo estético, a lo decente, a lo sosegado, incluso a lo inteligente.

       La apuesta es al caballo del Jinete sin Cabeza, con toda la carga de miedo, de vulgaridad, de pobreza espiritual y de peligro que lleva con él…

       En la Feria del Músculo no hay forma de que sobreviva la célula originaria del deporte; es decir, el amateurismo, lo que es una lástima monumental. Nadie puede rescatarlo de la contaminación ambiental que comenzó cuando, a algún occidental oportunista, como gesto hipócrita de post-guerra y como territorio de confrontación después, bajo el manto peligroso de la guerra fría, se le ocurrió convalidar las disciplinas de los países del Pacto de Varsovia como aficionadas, después a Cuba, a Corea del Norte…

      Para que los Juegos Olímpicos continuaran “vivos”, tuvieron que admitir a las transnacionales del consumo en plano de salvadores, que exigieron a los profesionales de plantilla en el terreno o en el court para equilibrar el nivel competitivo, porque el Olimpismo no tiene un medio y, lo fastuoso de esa fiesta cada cuatro años, no se puede sostener con un  par de cheques de factoría en overtime.

      Y ahí están, quizás ya deberían cambiarles el identificativo de Olímpicos, que nadie relaciona con amateur, y ponerle otro más acorde con el status atlético.

      En el “olimpismo rentado”, de relativamente nueva factura, solo falta un deporte de demanda y práctica universal: el pugilismo… ¿Hasta cuándo?  Hasta pronto, que nadie lo dude, el ensayo comenzó con la, de momento casi fracasada, Serie Mundial de Boxeo, circuito semi-profesional.

      Recientemente, Don King y Bob Arum acordaron unir sus voces para acusar a la cadena HBO de los males que, según ellos, “están aniquilando el boxeo”. ¡Hay que tener gandinga para decir eso…! Sin embargo, siempre hay la prensa, con el objetivo de “insultar a la inteligencia”, que publique semejante infamia.

      Durante la 47 Convención del CMB en Jeju, Corea del Sur, en el 2007, José Sulaimán se refirió a la creación de una factoría de boxeo amateur, propiedad del organismo que preside: un torneo Copa de Oro, con sucursales como torneos municipales, provinciales, nacionales… En Méjico se llamaría Guantes de Oro; en Venezuela, Torneo de la Calle.

      En aquel momento, también dijo que el evento no contradiría a la AIBA, que, incluso, si “sus boxeadores” fueran solicitados por los Comités Olímpicos, los autorizaría. También alegó sobre el fraude que es realmente el boxeo amateur, comenzando por la anotación de los combates por las famosas “maquinitas”, que promueven un pleito en el cual casi no se tira; la duración de las peleas y lo poco atractivo como competencia. Además, justificó al profesionalismo por “la poca clase técnica de los pugilistas de la AIBA”.

      Fue la proposición, la célula originaria encubierta de liquidar el boxeo aficionado con razones válidas; pero con objetivos e intención negra y sucia.

      Después no se habló más de la encomienda personal del mejicano y el asunto rebotó, propuesto por el organismo rector del boxeo amateur, la AIBA, como la Serie Mundial de Boxeo.

     Increíblemente, el propio amateurismo se tira la soga al cuello, porque se demostró que se pueden hacer cosas a través de esta competencia de clubes, lo que necesita es “trabajarse”, perfeccionarse en cuanto a la forma, la organización, el interés y algún que otro detallito; ahora, para lograr el éxito que no ha tenido la Serie Mundial, para evitar las pérdidas, como Miami, que, según el periodista Enrique Encinosa, quizás alcancen a medio millón, tienen que estar presentes los “cocotudos”, es decir, las grandes figuras de los organismos regentes del profesionalismo y sus principales promotores, capaces de traer a la poderosa televisión a la competencia, con esta al dinero y, con todo, al fanático.

      Y lo harán…y habrá un torneo “de aspirantes a profesionales” y otro de profesionales, y coparán los Juegos Olímpicos y cualquier evento amateur de los conocidos hoy, ¡Si hasta ensayos en la duración de los rounds y en la extensión de las peleas, escalonadamente, tiene el “entremés” de la AIBA! al que, para que sea una buena “tapa”, solo le falta el jamón, el queso y las tarjetas de crédito que abastezcan el almacén de la tienda, que descansan en los buróes del CMB, el AMB, el OMB y, así…