Por Andrés Pascual
Si algún deporte ha sido blanco del hambre del gángster es el boxeo: de raquecteros, de mafiosos de verdad o miembros de “la cosa nostra”, ¿Por qué razón esta disciplina ha sido la preferida de estos lobos de las apuestas, la extorsión y el crimen? ¡Quién sabe! Pero, se me antoja creer en lo indefenso que está un individuo que pretende pelear, que necesita quién lo represente y, como la mayoría, sin formación educacional.
Benny Paret era analfabeto. No por gusto el boxeo se nutre de jóvenes procedentes de los barrios más pobres; a fin de cuentas, los más necesitados de fama y fortuna, sobre todo de lo último..
En una biografía autorizada, Willie Pep contó de los nexos de Rocky Marciano con la mafia italiana de Nueva Jersey y la visita, desde el día siguiente, de un “inspector” para cobrarle un préstamo de 500 dólares que le hiciera el ex campeón de peso completo; aunque, eso sí, de “buena forma”. Pep pagó menos de una semana después y no le dirigió la palabra nunca más al hombre que masacró a Joe Louis.
A Felix Bocchicchio se le recuerda en los anales de Fistiana como al manager de Jersey Joe Walcott durante y después de su ascenso al campeonato mundial de peso completo. Pero poco por las actividades que le llevaron a la cárcel unas veces, o que sirvieron para considerarlo sospechoso en más de un crimen, otras.
Bocchicchio nació en 1906 en Pennsylvania y en 1930 cae preso por extorsión y robo.
Cuando lo pusieron en libertad se dirigió a Nueva Jersey, donde lo apresaron como “persona de interés” en el asesinato del detective de la policía William Feitz.
Entre 1935 y 1936 estuvo en problemas por robo en un bar y por operar máquinas de juego no autorizadas; así como por apuestas ilegales en carreras de caballos. Para finales de la década de los 30’s, tenía un largo historial de arrestos por varias causas como sospecha de asesinato, extorsión, robo…
A mediados de los 40’s la carrera de Walcott se había estancado y se encontraba peleando en pequeñas carteleras en el área de Camden; entonces llamó la atención de Bocchicchio, que no sabía de boxeo; pero aprendería…Sin embargo, fue capaz ver en el ya casi viejo gladiador una mandíbula resistente y pegada de noqueador, lo que ningún hombre de boxeo se había detenido a observar.
Bocchicchio se le ofreció a Walcott para dirigir su carrera, lo que de inicio fue rechazado por el boxeador con “nunca he podido hacer algo boxeando y lo único que quiero es un trabajo del que coman mi esposa e hijos regularmente”. Walcott tenía más de 30 años y se había cansado de hacer planes optimistas para concluir frustrado y deprimido.
Pero el candidato a manager se hizo cargo del abastecimiento de la familia, le puso carbón a la estufa de la casa y renovó la licencia de Walcott como peleador.
El regreso del gladiador en 1945 fue exitoso por 8 ganadas en 9 peleas. Las esperanzas se incrementaron cuando se impuso a 3 ranqueados entre los cinco primeros: Joe Baski, Lee O. Murray y Curtis Sheppard.
Comenzaba así el viaje de Jersey Joe Walcott a la cúspide del boxeo mundial, que alcanzaría en 1951, más su entrada a los libros de récords.
Noqueó a Edzzard Charles por la faja mundial luego de varios intentos y, durante esos años, Walcott y Bocchicchio eran figuras permanentes en las páginas deportivas de casi todo el mundo.
Fue en esa época que el manager contrató a Angelo Balandra como abogado de su boxeador y de él mismo. Balandra tuvo una larga y exitosa carrera política en Nueva Jersey en el circuito legal, en el que sirvió como juez y fue un respetado líder comunitario por muchos años.
Walcott mantuvo su campeonato por solo 14 meses antes de que Marciano lo noqueara. La revista LOOK recogió un comentario de Bocchicchio en enero de 1953 sobre el pegador ítalo que decía “Ese hombre es de hierro”.
El 16 de enero de 1953, Felix Bocchicchio se repuso de un ataque cardíaco y su protegido peleó una revancha contra Marciano el 15 de mayo en la que cayó anestesiado en el primer round, concluyendo así su carrera.
Bocchicchio y Walcott mantuvieron relaciones personales y de negocios por varios años.
En junio de 1975, en Mount Ephraim, Nueva Jersey, falleció Felix Bocchicchio, que logró una gran estabilidad económica y, a diferencia de Frankie Carbo y Blinky Palermo, murió en la comodidad de su hogar.
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